El trabajo consume buena parte de
nuestra vida. Sepa cuándo es tiempo de cambiarlo.
No es lo mismo un día malo en la
oficina, que una temporada que parece no acabar jamás. Al considerar cuánto
tiempo invertimos en los lugares de trabajo, y en la actividad que hacemos,
tiene mucho sentido prestar atención a los síntomas indicativos de que ya es
hora de generar un cambio.
Por eso, la publicación
estadounidense Business Insider ofrece una serie de señales que pueden ser
síntomas de un cansancio acumulado que sólo se podrá revertir con un giro radical:
el cambio de trabajo.
1. Se aburre todo el rato.
Cuando el trabajo comienza a percibirse como un “trabajo”, y al realizarlo se
siente una máquina, entonces la actividad ya no genera ningún tipo de
gratificación y es hora de buscar algo que sí la provoque. Por supuesto, el
aburrimiento es un sentimiento frecuente, si es ocasional. Pero el aburrimiento
prolongado ya puede conducir a afecciones psicológicas y físicas más serias
como ansiedad y depresión.
2. Siente que sus habilidades
no se toman en cuenta con seriedad. Muchas veces la situación es tal, que
la persona debe aceptar cualquier tipo de trabajo, mantenerse por un tiempo y
con suerte, demostrar al jefe que es capaz de asumir más responsabilidades.
Pero si el tiempo en que se ha estado subempleado ya se extiende, es momento de
considerar otras opciones.
3. Siente ninguna envidia por
el trabajo de su jefe. Si no se puede visualizar haciendo nada ni
remotamente parecido a lo que hace su jefe en el día a día, es porque ni
siquiera se plantea ascender en la línea de trabajo que ahora desempeña. Por
tanto, ¿para qué quedarse ahí? Ayuda mucho tener una visión clara de cuál es la
meta laboral para mantenerse motivado.
4. El jefe es un enviado del
infierno. La actitud del jefe no sólo le está afectando en la oficina, sino
que el malestar continúa fuera de esta. Le afecta en otros espacios importantes
en su vida, como sus relaciones de pareja o familiares. Si su jefe presiona
demasiado, es invasivo, o manipulador, mejor acelerar el proceso de salida y búsqueda
de una alternativa mejor.
5. No simpatiza con quienes
tienen la última palabra. Esas personas tienen sin dudas una influencia
enorme en la cultura laboral que se respira en su oficina. Por eso, si no
concuerda con el estilo de management de ellos, es muy probable que tampoco
disfrute el ambiente en el cual trabaja.
6. Le molesta prácticamente
todo el mundo en la oficina, incluso aquellos que no han tenido que ver
directamente con usted.
7. Está preocupado por el
dinero, y todo el tiempo. Es cierto que a la mayoría de la gente le
preocupan sus finanzas regularmente. Pero si esta es una preocupación constante
en su mente no es porque usted sea comprador compulsivo, sino porque quizás su
salario no es suficiente. Si lleva mucho tiempo con la compañía, pida al
manager tener una conversación sobre el tema. Asegúrese de que se sostendrá su
argumento de por qué debería recibir un aumento. Si la compañía no lo acepta,
será momento para buscar otra empresa donde no vean como un favor a usted el
pagarle mejor.
8. La empresa no invierte en
usted. Cuando su compañía le apoya y usted lo reconoce, eso hace una
diferencia enorme en cómo se siente usted respecto a su trabajo, y su vida en
general. Siente una obligación de devolverles en trabajo de calidad. Este tipo
de intercambio es saludable para ambos, empleado y empleador. Por el contrario,
si la compañía no invierte en usted, no hay espacio para fomentar crecimiento,
ni confianza o compromiso.
9. Su apariencia personal ha
cambiado mucho, y para peor. Mírese al espejo, si su trabajo le ha
impactado demasiado negativamente en su apariencia física, es tiempo de
reconsiderar. Cuando una persona se siente bien consigo misma, u orgullosa de
algo que hace, suele intentar arreglarse para lucir mejor. Apariencia y seguridad
en uno mismo van directamente relacionadas. Por tanto, si nota que ha ganado o
perdido mucho peso o que las bolsas bajo los ojos son más visibles, es obvio
que el trabajo le está influyendo para mal en su vida.
10. Se está convirtiendo en un
desastre emocional. Esta es una señal: constantemente se esconde de
personas o situaciones. Si se molesta fácilmente por detalles menores, es que
su trabajo no le calza.
11. La compañía está
colapsando. Incluso si se trata de la compañía donde trabajó por años y guarda
muchos buenos recuerdos, si las cosas van muy mal en esta y usted está
padeciendo varios de los síntomas descritos más arriba, quizás usted deba ser
parte de próximo éxodo masivo de empleados que renuncien.
12. Usted simplemente lo sabe.
A veces hay personas que manejan bien sus ánimos y sentimientos sin que se
afecten mucho a nivel físico o psíquico. Si usted es de estos, pero ya viene
hablando hace tiempo de que quiere cambiar de trabajo, y de que es el momento
para hacerlo, pues dé el paso a pesar del miedo a lo que pueda acontecer.
Fuente: AméricaEconomía.com
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